Reingeniería de procesos y política de información para centro público de investigación en León, Guanajuato

Fecha
2021
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Editor
Universidad Iberoamericana León
Resumen
Durante la década de los 70’s, surgieron 13 centros de investigación a lo largo y ancho de la República Mexicana con el propósito de descentralizar la ciencia que se realizaba en el país. Estas instituciones eran coordinadas por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), el cual estuviera adscrito en esos años a la Secretaría de Educación Pública (SEP). Para 1992, ya sumaban 27 instancias dedicadas a la investigación científica y tecnológica, las cuales fueron reunidas en una red que se conocería como Sistema de Centros SEP- CONACYT. Sin embargo, en el año 2002, derivado de la promulgación de la nueva Ley de Ciencia y Tecnología, el sistema cambió su nombre a Sistema de Centros Públicos de Investigación CONACYT (SNCI), dejando de ser administrado por la SEP. El “Plan Nacional de Desarrollo (PND)” (CIAPEM, Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, 2019) es el documento que rige la programación y presupuestación de la Administración Pública Federal (APF) de la cual forma parte el ramo 38 “Ciencia y Tecnología”. Este se presenta en cumplimiento al Artículo 26 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y se elabora de acuerdo con lo establecido en la “Ley de Planeación” (Ley de Planeación, 2012, p. 1), tiene como finalidad establecer los objetivos nacionales, las estrategias y las prioridades que durante la administración deberán regir la acción del gobierno, de tal forma que ésta tenga un rumbo y una dirección clara. El PND 2019-2024 muestra un cambio fuerte en cuanto al enfoque del papel de la ciencia y la tecnología. La situación del sexenio pasado presentaba un nivel de crecimiento económico aceptable, donde el Ejecutivo Federal mostraba un fuerte interés en el desarrollo de innovación tecnológica, apostándole al sector Ciencia y Tecnología; mas la actual Dirección del CONACYT y su equipo, han dejado entrever que “las cosas ya no son iguales que en sexenios pasados”, dejando a los CPI en el rol de meros espectadores. Este nuevo papel que juegan los Centros de Investigación se vuelve palpable a través de la desaparición de programas, las reducciones líquidas de presupuesto, los recortes de personal de mando, la extinción de fideicomisos y el bajo nivel de apoyo administrativo que se recibe por parte de la actual coordinadora sectorial. Por otro lado, derivado de la publicación de la Ley Federal de Austeridad Republicana, la carga administrativa para los servidores públicos federales se ha visto incrementada hasta en un 60 por ciento sobre la fuerte carga que ya se venía manejando desde el sexenio del expresidente Vicente Fox Quesada, quien dejó como legado la rendición de cuentas y transparencia en México. Así mismo, dicha Ley tiene como objeto llevar a cabo un control obsesivo sobre el gasto operativo de los Entes Públicos, lo cual ha mermado la eficiencia en la operación de los CPI. Se podría decir que los Centros ya no existen para investigar y desarrollar tecnología, sino para reportar. Finalmente, el actual Ejecutivo Federal exige un resultado del SNCI con tinte humanista y social. No es sorpresivo entonces que el ramo sea considerado como parte de la solución de la pandemia global que se vive actualmente; sin embargo, en lugar de esperar apoyo de tipo tecnológico y de investigación, se recurre a recortes presupuestales. El sistema existe ahora para satisfacer necesidades sociales, bajo la lupa de la interminable auditoría. “Una crisis no es un momento negativo, sino un momento de oportunidad” es la definición que diera Carlos Kasuga para la palabra “crisis” en una reciente conferencia para el Instituto Mexicano de Contadores Públicos. Veamos ahora cómo adaptar a un Centro de Investigación a esas oportunidades que se le presentan en este momento.
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