Maestría en Psicoterapia Clínica
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Examinando Maestría en Psicoterapia Clínica por Materia "Aspectos Psicológicos"
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- ÍtemAnálisis de la significación del ser mujer desde el discurso del paciente y el terapeuta(Universidad Iberoamericana León, 2022) Barrón Barrientos, Lourdes Viridiana; Fuentes Martínez, Ma. ElenaLa construcción del ser mujer comienza desde que ambos padres se dan cuenta que su futura hija es una mujer, es entonces la gestación de la identidad e incluso la apropiación de los estereotipos de género que se constituyen en la idealización de la llegada de un nuevo miembro a la familia. La nueva integrante se adaptará a la ideología de su familia, lo que en ese núcleo social significa ser mujer y podrá adquirir la discriminación entre ser niño o niña en los primeros años de vida (Piaget, 1966). La identificación con un género masculino o femenino, no se construye de forma inmediata sino es un proceso en el que interactúan diversos factores, desde la perspectiva de ambos padres, la inclusión grupal y social, así como el mismo ciclo evolutivo de la persona. Ser mujer no necesariamente pasa por la conciencia de la mujer en sí, esto dependerá de su propia subjetividad, su forma de ser, de estar, su concepción del mundo y el lugar que ocupa en el mismo. La subjetividad se estructura a partir del lugar que ocupa cualquier persona en una sociedad, de acuerdo con su forma de percibir, sentir y expresar su realidad. La subjetividad de la mujer es su forma particular de percibir el mundo y la vida que construye a través de su condición sociocultural, ser mujer es una concepción especifica de cada una. El proceso psicoterapéutico es un encuentro entre dos personas, en donde uno de los participantes sufre y acude al proceso con un “experto” que pueda orientarlo, en otros casos se podría confundir con ayuda, lo adecuado desde el punto de vista del autor de este texto será acompañar “otro” durante un proceso donde existen dudas y múltiples sensaciones y sentimientos que surgen en el espacio terapéutico. El presente trabajo es el resultado de la motivación por conocer sobre la importancia de la significación del ser mujer en el proceso psicoterapéutico, a través del lenguaje y todo aquel material compartido en psicoterapia. Con la consultante del caso presentado a continuación, se percibe el alcance del lenguaje y cómo es que algunos discursos sociales pueden expresarse dentro de la psicoterapia. La implicación de la terapeuta en el proceso terapéutico de la consultante va más allá de su labor por sí misma, existe una intervención del proceso terapéutico personal, en la construcción o deconstrucción de los discursos y la importancia que el lenguaje tiene en la vida. Incluso la terapeuta se cuestionó acerca de la similitud de lo que estaba pasando en ambos procesos, en donde el común denominador era el discurso, jugando distintos papeles: como paciente y como terapeuta. Se habla entonces que tanto consultante y terapeuta se encontraban en un proceso terapéutico independiente, donde la terapeuta podía distinguir las diferencias de su propio proceso y el de la consultante, pero existía un tema en común, la significación de la mujer a través del lenguaje y su influencia a lo largo de la vida de sí misma. A través del lenguaje se da lugar a las emociones, a los sentimientos y se pone en juego en cada conversación el significado que se le da a lo ya conocido. Dentro de la psicoterapia este elemento es esencial ya que el papel principal del terapeuta es dialogar, aunque pareciera obvio, sin la presencia del diálogo no se podría conocer todo aquello que el consultante quiere trasmitir, su vida y su mundo interno. En psicoterapia y en la vida cotidiana, mediante el lenguaje, se da lugar, como seres humanos a las distinciones siempre en consenso con el otro, porque es fácil y enriquecedor poder compartir aquello que aqueja o que llena de placer para entonces compartirlo con otra persona. Cuando una persona se presenta a psicoterapia, suele realizar este consenso para poder determinar si ha hecho las cosas adecuadamente o la búsqueda de una aprobación. Sin embargo, es entonces donde los significados cobran otro sentido pues en el constante diálogo y guía, se puede determinar que la conversación sufrió una alteración, pues cambiaron significados o bien cambia la percepción de las situaciones (Efran, Lukens y Lukens, 1993). De acuerdo con Berlo (2000) en el lenguaje existen varias dimensiones del significado, desde el significado denotativo hasta el connotativo. A continuación, las definiciones de acuerdo con las dimensiones: 1. Significado denotativo. -Es el significado que toda la sociedad puede entender, se puede extraer y generalizar para los usuarios de un determinado lenguaje. 2. Significado estructural. -Se basa en la conexión de signos y otros. En esta dimensión existe el dominio del significado estructural en la realidad formal, no en la realidad de forma física. De acuerdo con los significados estructurales el autor refiere que con base en la cantidad: singular y plural, y el tipo de persona: primera, segunda o tercera, desde donde se emite el discurso. 3. Significado contextual. -Refiere al significado particular que se le da a una palabra. Es un medio que ayuda a definir palabras nuevas, pero sobre todo que dentro de la fuente se contextualiza en determinados temas. 4. Significado connotativo. -Menciona que esa relación entre un signo y un objeto, pero involucra a los sujetos, más que en otras dimensiones de los significados. Esta dimensión está orientada directamente hacia los sujetos y es importante que el receptor del mensaje comprenda la connotación con la que se emite. Estas dimensiones son importantes destacar, para poder estudiar el contenido del lenguaje en este trabajo, se plantea cómo es que a través de la revisión del material lingüístico se puede hacer una construcción o deconstrucción de la propia historia, de la identidad y cómo a través de la psicoterapia se perciben cambios y sobre todo cómo es que, a través de los discursos sociales se construye una realidad sobre la vida misma de los consultantes. En el discurso de los consultantes, es importante mantenerse en la disposición de escuchar aquello que están mencionando e incluso estructurar un escenario que sea más factible de acuerdo con la narración del consultante, ya que van del pasado al presente por medio de recuerdos, de historias construidas, creencias, de aquello aprendido en sociedad, formulando así parte de los deseos a futuro. Pareciera entonces que los consultantes se encuentran en un constante movimiento, más del que los movilizó para acudir a la psicoterapia, es así como también se adoptan los problemas, siendo una cuestión de la formación del lenguaje, pareciera que todo aquello que se formula en este campo como un problema puede lastimar y persiste tanto como se estructure y se mantenga en la mente inscrita como si fuese algo tatuado en el cuerpo. En el siguiente trabajo se propone abordar de manera fundamental qué hay detrás de estas temáticas, cómo desde la mirada psicoanalítica se puede indagar en el lenguaje dentro de la psicoterapia, la influencia importante que tiene el habla para construir, pero sobre todo desde el caso clínico como se puede apreciar y qué tan importante es poder clarificar el lenguaje en la psicoterapia, por lo tanto en este trabajo se intenta plantear la perspectiva de la mujer, ya que es el caso particular de este estudio de caso. Se considera que este trabajo es importante ya que los consultantes tratan de colocar en el discurso de ellos mismos cómo es que “otros” construyeron dicho discurso, cómo es que se adquiere una semántica que los posiciona en alguna situación compleja, la adopción de discursos ajenos o incluso impuestos y que se adquieren como si fueran auténticos. La intención de este trabajo es que otros psicoterapeutas puedan comprender como es que, a través de un proceso psicoterapéutico, una mujer puede significarse a través de su discurso sea paciente o sea psicoterapeuta. Se pretende demostrar cómo es que es que el material que se presenta en psicoterapia se ha instaurado de manera que se vive como propio y cómo es que al traerlo al análisis se puede diferenciar. Es importante reconocer que desde la implicación del psicoterapeuta puede redefinir su propio discurso sin ser ajeno al proceso terapéutico del paciente. Parece ser beneficioso debido a que existen cuestiones desde la propia implicación que son enunciadas y algunas que son veladas en el material discursivo, la propuesta a través de este trabajo es visibilizar para otros terapeutas lo que puede suceder en ambos lugares paciente/terapeuta y cómo es que sucede en algún caso, no como una guía per sé, sino como la experiencia de una terapeuta en un caso en donde se trataron algunos temas que involucraban a sí misma. Dentro de la psicoterapia se genera un ambiente propicio para la enunciación de material consciente y se presenta con otras representaciones material inconsciente, el cual puede encontrarse incluso en el discurso, lo que se habla y aquello que también no se enuncia, la percepción de la realidad, las formas de simbolizar, el significado que se le da a la vida y a lo que la rodea. En psicoterapia el lenguaje es explicitado, desde la demanda del consultante, pues se presenta a la consulta con una demanda de cambio, sin embargo, es importante como psicoterapeutas aprender a escuchar entre líneas, entre lo explícito e implícito que es un discurso. Aparentemente si no se cumple con la demanda del paciente pueden existir movilizaciones que inviten a desplazar al psicoterapeuta, es decir, dentro de la misma estructura del discurso se recomienda identificar si se realiza “más de los mismo” para una problemática, como se plantea en la perspectiva sistémica, o se necesite cambiar o continuar realizando más de aquello que quizá no es meramente el problema si no puede ser parte de la misma solución (Watzlawick, Weakland y Fisch, 1992). De acuerdo con Efran, Lukens y Lukens (1993) toda probabilidad de que pueda existir un cambio o una modificación en una persona es cuando puede dejar de un lado su “sí mismo”, sin perder su propia reputación. Pareciera que debemos de mantener legítimo el pasado y al ser seres sociales, nos mantenemos construidos por historias, definiciones y parece que es una obligación el mantener en perfecto estado esta composición. Por otro lado, en nuestra construcción del lenguaje es complejo desarticular nuestros propios discursos y de estos conocer su origen real. En nuestra cultura hacemos de dos términos un significado unitario: la culpa y la responsabilidad (Efran, Lukens y Lukens, 1993). Como si se tratara exactamente de lo mismo, pero con las connotaciones que ponen en evidencia la conveniencia de manejar estos términos. Es en esta conjugación de cuando conviene hacer culpable al otro o responsable de lo que pasa o bien cuando conviene que se asuma la responsabilidad y/o la culpabilidad. Escuchando a otros es como aprendemos la lengua materna y así es como nos construimos a través de experiencias. El diálogo con los demás es cómo podemos modificar hábitos lingüísticos. Hablar el lenguaje forma parte de nuestro estilo de vida (Milcolich, 2014). Colocando esta visión en el marco de la psicoterapia es asumir que cada sesión, cada minuto que pasa, generándose diálogo, silencio, es una nueva construcción, es una oportunidad para modificar algún hábito o la posibilidad de conservarlo por bien particular. El paso principal para reestructurar una realidad es en sí, cambiar la idea conceptual de lo que se tiene entendido para llegar al proceso de cambio, un cambio conceptual y emocional. Se debe considerar que la realidad se refiere al mundo de las opiniones o al mundo del significado (Watzlawick, Weakland y Fisch, 1992). Se decide que a partir del material que va surgiendo en las sesiones, se puede configurar en un estudio de caso en tanto van a apareciendo variables significativas que otorgan una identidad precisa al caso que se aborda pero que además permite replantear, cuestionar y resignificar aspectos esenciales de la clínica. Desde esta elección clínica el estudio de caso permitió replantear la escucha psicoanalítica incorporando variables socioeconómicas que no siempre son tenidas en cuenta, de esta manera junto con la supervisión se fue evaluando la necesidad de graduar, modificar o replantear los modelos de intervención. Desde allí se vio que se estaba ante una persona donde al mismo tiempo la escucha era más imprescindible que nunca, era una persona que no tenía acceso al discurso libre de sí misma, era también imprescindible replantear la concepción psicoanalítica no sólo desde la interpretación sino especialmente desde el lugar de la empatía. El estudio de caso demostró que no podía haber interpretación viable sin escucha empática. Esta empatía no debe ser confundida con compasión o con identificación con el sufrimiento del otro sino con la capacidad de poder recrear dentro del aparato del pensado, de la terapeuta, la estructura de sufrimiento del paciente para poder elaborar junto con la paciente (no por la) alternativas a su sufrimiento. El presente documento está conformado en seis grandes apartados: 1) La presentación del caso, en donde se presentará de forma descriptiva los datos relevantes del caso, el motivo explícito de consulta, cómo fue el contacto pacienteterapeuta, los indicadores principales de la consultante como ente complejo (estructura subjetiva, situacional, competitivo, contextos), psicodiagnóstico y pronóstico del caso, cómo es que se llevó a cabo el proceso terapéutico desde el inicio hasta la finalización del mismo y los principales indicadores significativos de cambio como producto de la psicoterapia. En el apartado 2) fundamentos y diseño inicial, se aborda principalmente la descripción de la problemática planteada por la consultante al inicio del proceso terapéutico, las indicaciones de la terapeuta a la consultante: las condiciones y normas durante la psicoterapia y la perfilación de los objetivos que se abordarán en el espacio terapéutico. El método y las técnicas empleados en el desarrollo del caso, los alcances, los límites, la elaboración del contrato y por último el resultado del marco de trabajo conformado. En la sección 3) desarrollo y curso del caso, se plantea desde donde se fue articulando el caso presentado, las premisas esenciales del marco referencial en dialogo con otros autores, la crítica a dichas premisas y la postura propia de la terapeuta, se realizó una selección de 32 viñetas clínicas: en donde se exponen las viscitudes resistenciales, de inicio, de finalización y de contenido del caso. En el desarrollo de las viñetas se realiza el diálogo desde el propio marco referencial, diálogo interdisciplinario e intradisciplinario para el enriquecimiento del estudio de caso. Por último, en esta sección se plantea como fue la articulación del caso y las insistencias planteadas. En el apartado 4) conclusiones, se encontrará con los logros y pendientes explicitados en el proceso terapéutico por parte de la consultante, los aspectos éticos y los aportes al marco referencial de la psicoterapia. En el apartado 5) se encuentra el listado de referencias bibliográficas en las que se trabajó a lo largo de la construcción del documento y por último en el apartado 6) se encuentran los anexos, los cuales se confirman de los formatos utilizados a lo largo del caso.
- ÍtemAnálisis del proceso de elaboración del duelo por muertes de familiares en un adolescente y cuya causa fue ocultada. Caso K(Universidad Iberoamericana León, 2022) García Sandoval, Virginia de Jesús; Meza Vargas, José OmarPerder algo o alguien es un acontecimiento usual en la vida de cualquier persona; por lo tanto, un proceso de duelo es algo que la mayoría experimentan en algún momento. Los duelos representan una etapa en la que suele haber dolor y desilusión, dando por resultado que ante la angustia de una pérdida las personas pueden sentirse desesperadas y enfrentarlo de maneras poco saludables. El duelo es entonces un motivo de consulta constante en un proceso psicoterapéutico. Existen distintos tipos de pérdidas y de duelos, uno de ellos es el duelo por muerte, que es el que se aborda en este trabajo. La muerte representa una pérdida definitiva, es también la pérdida de la esperanza de ver a esa persona amada. Experimentar la muerte de una persona que amas, en cualquier etapa de la vida, es doloroso. Sin embargo, hacerlo en la adolescencia tiene particularidades que las otras etapas de la vida no tienen. Ser adolescente es adolecer, es una etapa de cambios, los cambios significan cosas que se pierden. La adolescencia está llena de duelos que se están elaborando, una muerte solo suma un duelo más a los duelos propios del adolescente. La adolescencia es inestabilidad, se desea entrar al mundo de los adultos al mismo tiempo que se quiere la comodidad de ser un niño. Los adultos tampoco saben cómo tratar a un adolescente, se le empieza a incluir en las problemáticas de los adultos, pero no se le incluye del todo. Es usual que los padres guarden secretos a sus hijos adolescentes buscando protegerles, es ahí donde entra la tercer variable que se aborda en este trabajo, el secreto familiar. La muerte es algo que aún no se entiende por completo, día a día se buscan formas de explicarla desde las creencias, pero se sigue sin poder saber exactamente qué significa la muerte y qué pasa con las personas que mueren. La muerte está llena de misterio y si a eso se suma que se mantengan secretos alrededor de ella, podría ser un factor para dificultar aún más el proceso de duelo. Los psicoterapeutas se enfrentarán muchas veces a pacientes que llegan intentando resolver un duelo, por eso es importante que se siga trabajando e investigando al respecto, buscando nuevas formas de aproximarse a una persona que se encuentra ante la angustia de una pérdida. Los adolescentes a veces son vistos solamente como un prospecto de adulto y no se validan sus emociones y pensamientos, por eso también es muy importante para los psicoterapeutas voltear a ver a los adolescentes y reconocerlos como personas, con intereses y preocupaciones reales. En el presente trabajo se aborda el caso de un adolescente K, el cual tiene duelos no resueltos relacionados con secretos familiares acerca de la causa de sus muertes. Se abordará desde la adolescencia, la muerte, el duelo y los secretos familiares.
- ÍtemEvolución de los diferentes simbolismos utilizados por un consultante de 8 años dentro del proceso terapéutico(Universidad Iberoamericana León, 2022) García Ramírez, Luis Enrique; Camarena Arredondo, JuanaUn menor que no logra establecer una línea coherente de comunicación verbal en correspondencia con la edad que posee, y que a su vez practica un juego tan cambiante como impredecible parecido a un huracán a punto de tocar la costa pero que no llega, refleja una notoria falta de estructura que no permite la concordancia entre el juego que lleva a cabo y aquello que busca comunicar con el mismo. Esta sed de cambios y poca estructura en la comunicación del menor provocan una confusión constante, ocasionando que este huracán de contenidos comunicacionales sea difícil de disolver o resolver sin una adecuada codificación y decodificación. Entonces, el papel del terapeuta es lograr entender y traducir el misterio oculto en el juego simbólico y comunicacional del menor. De no suceder así, la consecuencia en el proceso de psicoterapia sería la muerte simbólica en el juego, del terapeuta o del paciente. Por su parecido con el personaje de los cómics, nombramos “Acertijo” al menor que estableció esta singular dinámica de juego simbólico. Al igual que en su representación animada, observamos que los elementos que utiliza para comunicarse son altamente variables en tipo, forma de uso y significante. Además de usar una serie de acciones que ejercían un efecto en la interpretación y elaboración del proceso, todos estos elementos reunidos causaron momentos de confusión y desorden dentro del espacio, el cual se trasladó al contexto. Al inicio del proceso se planteó una serie de interrogantes: ¿Acertijo logrará la evolución simbólica que permita al menor verbalizar sus emociones y deseos a otros? ¿Este cambio o proceso será la única forma de poder establecer una línea de comunicación con el paciente? Y la más importante, ¿cuándo pase la tormenta emocional, la costa psíquica del menor será la adecuada para su edad? Desde el inicio del proceso el diálogo tradicional quedo descartado, por no permitir establecer una línea lógica de comunicación; la misma situación se dio al intentar el juego terapéutico, debido a que parecía tener como único objetivo matar simbólicamente al terapeuta. Debido a esto, reconocer los aspectos simbólicos en el proceso psicoterapéutico de Acertijo resultaba desconcertante, hasta que apareció el dibujo: a diferencia de los juegos y discursos, a través de los dibujos se pudo abrir un canal de comunicación y capaz de brindar una estructura al psicoterapeuta para hacer reflejos, observaciones o interpretaciones. Este punto propició una ruta que facilitó, en un primer momento, establecer el juego terapéutico para, después, comenzar a formular discursos en los que, aun de manera precaria, el menor logró conectar sus ideas y fantasías con notable claridad. Desde el inicio la forma de abordaje fue psicodinámico, con influencia de Freud en cuanto a la interpretación simbólica. También se revisaron autores de psicoanálisis infantil que aportaron elementos para observar la evolución y las maneras a través de las cuales el menor buscaba plasmar su universo. Así, el objetivo del presente trabajo es analizar este caso para responder la pregunta: ¿Cuál es la evolución de los simbolismos en el proceso terapéutico de un niño de 8 años?