Deconstrucción del Estereotipo Femenino, una reflexión visual y sociológica: el caso de Nena Sandoval

Fecha
2021
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Editor
Universidad Iberoamericana León
Resumen
Para la historia de la humanidad, el cuerpo ha tenido diferentes usos y significados. Todas las culturas han impreso en el proceso de su identidad, la importancia que a éste le dan. La explicación sobre construcción del ser se ha encaminado a que el cuerpo no solo ocupa un lugar, sino es el lugar tangible que hace al ser humano identificable de manera física. Es su materia en el espacio, es el receptor de su mente y su espíritu. ¿Qué seríamos sin un cuerpo? entes fantasmagóricos, destellos de luz en la obscuridad, la energía de un rayo, el cuerpo no solo es un contenedor es nuestro medio fiel entre lo espiritual y lo racional. Desde esta perspectiva, mi interés por abordar el tema del cuerpo, siempre ha sido vital, como un producto integral y crucial del ser humano, es por esto que mis reflexiones transitan entre lo evidente (cuerpo), pero también lo intangible (mente y alma), lo que hace que el cuerpo pueda ser abordado desde innumerables puntos de vista y análisis. Mi interés es enunciar que el arte como parte de la formación creativa, ha constituido formas evidentes de construcción no solo social y cultural, además es un reflejo de la realidad, es un visor sobre la concepción que se ha tenido del cuerpo en lugares y tiempos determinados. Así, considero que el cuerpo femenino ha sido concebido desde diferentes ópticas y nos ha llevado a estereotiparlo y concebirlo desde un criterio social. A veces evidenciado por el arte, otras tantas ayudado a disruptir los diálogos establecidos entorno a él. La presente investigación gira en torno a estas reflexiones, haciendo un breve recorrido general, sobre la imagen del cuerpo femenino, en diferentes momentos y culturas, con la finalidad de hacer visibles las posibles posturas de diferentes culturas sobre el cuerpo femenino, y con esto poder empatar el discurso de lo que hoy se dice qué es una mujer. La pertinencia del proyecto obedece a la visible falta de empatía entre las comunidades, por aceptar que todos somos diferentes, y que la belleza del cuerpo humano no radica en alcanzar estereotipos de belleza creados para estandarizar. Por ser este proyecto un estudio de caso, me limito a referenciar el cuerpo de “Nena Sandoval” y su disciplina como mujer pesista; así como su andar cotidiano con un cuerpo musculado. El primer capítulo se centra en examinar los diferentes rumbos de la concepción del cuerpo femenino en diferentes culturas, así como en su transición con la modernidad; ya sea desde el arte o desde la narrativa visual. Para lo cual se toma como referencia la venus prehistórica como un reflejo, o bien como una comparación estética con la venus griega, la venus de Botticelli o las venus prehispánicas ¿se puede hablar de estereotipos femeninos? ¿cuál es la belleza de cada una? ¿se pueden identificar rasgos de feminidad?. Si bien el capítulo va enfocado a abrir un diálogo en torno a la imagen estereotípica de la mujer y su transformación con la modernidad, también se propone evidenciar las categorías de lo que enunciamos como la belleza, la feminidad y el ser mujer. Puesto que la representación del cuerpo femenino, ha tenido diversas transformaciones en el devenir histórico como un tema que se relaciona tanto en lo social como en lo individual, motivaciones colectivas que influyen en el individuo y aspiraciones personales que tienen una repercusión en la colectividad. Pareciera que es de vital importancia que se ha tomado como referencia social, cultural, política y artística para interpretar el actuar social. De esta manera, el arte permite hacer visible la concepción que le damos al cuerpo, ya sea en las letras de un libro, en la escultura, en los frescos de una pintura o a través de la imagen fotográfica. ¿Cuándo surge una re significación del cuerpo?, pareciera que la respuesta inmediata es en la época moderna, lapso de tiempo marcado por el capital, en el que casi todo perdió un valor natural y adquirió un valor económico. Las guerras mundiales con su afán de proponer un imperialismo capitalista que motivaron la transformación del ser en mercancía y ésta en valor monetario, despojaron al hombre del ser humano y de la valía que el orden natural le brinda a las cosas, dejándonos ciegos ante lo superfluo. La naturaleza, por ejemplo, ha sido masacrada en obediencia al consumo voraz de los recursos naturales para la industrialización de productos de compra y venta masivas, no solo de productos de consumo básico, sino también con fines dedicados a la belleza; en este sentido la concepción del cuerpo también ha sido modificada, con respecto al mercado. Basta con entender que vivimos en la “perdurabilidad de una incertidumbre que no solo afecta al cuerpo individual, sino social” (Pérez, 2004, p. 16). Hoy día cambiamos reglas estéticas corporales de acuerdo al mercado, a la oferta y a la demanda. El problema no son aquellos conscientes que deciden si entrar o no en este juego de mercadeo, sino el total, aquellos que no son conscientes de que estamos siendo empujados a consumir modelos impuestos por estereotipos creados para el consumo masivo que, nos dictan que es lo in, lo out, lo normal, la moda o bien lo aceptado. Es por lo anterior que el capítulo 2, aborda la idealización de lo femenino después de la Segunda Guerra Mundial. Ya que, el proceso de industrialización, las ideas liberales y la vida moderna significaron un avance agigantado para la mujer en cuanto a su propia concepción, que también la llevaron a enrolarse en nuevas ideas de lo que es ser mujer y su feminidad. Hoy día en un mundo moderno y globalizado, la idea del cuerpo femenino ha sido envuelto en múltiples jaloneos estéticos. Después de la Segunda Guerra Mundial quedó claro para el mundo que la mujer estaba dispuesta a pagar el precio por su libertad, empezó así no solo un movimiento feminista, sino una revolución que cambió lo social, lo cultural, lo político y por supuesto lo artístico. A partir de 1848 con la Declaración de Séneca Falls en EUA, las féminas tomaron las calles para exigir respeto y ser consideradas en igualdad de derechos que los varones. Así logró el sufragio, trabajos asalariados en mejores condiciones, etc. No obstante, a la par de un avance en los temas de equidad, se hizo pública y aceptada una objetivación del cuerpo femenino, con fines de mercadeo, construyendo nuevos modelos de estética corporal. El cuerpo se volvió no solo flexible, también agresivo y en constante transformación. La concepción del cuerpo pecador había quedado atrás, nos ofrecieron la idea de un cuerpo material e ideal en el que se alojaron reglas estéticas de belleza, y se obtuvo un alejamiento entre la idea de lo espiritual, lo racional y por supuesto el cuerpo, todos como una parte integral del ser, pero que a nivel masivo parecía estar desintegrado. Esta idea de desintegración la vemos reflejada en la herencia del bagaje cultural que nos dejó la Segunda Guerra Mundial y su holocausto, mismo que daba origen a más actos violentos que fragmentaron al ser humano y lo alejaron de la unidad y el bienestar social. Desde este contexto, es de mi interés abordar una reflexión visual sobre la concepción del cuerpo femenino en la actualidad y de los estereotipos de estética que nos presentan un mundo individualizado. Un mundo que si bien nos ha brindado apertura hacia muchos temas tabú, también nos ha confundido entre lo público y lo privado, en categorías de lo malo, bueno, bello, feo, entre otras tipificaciones discriminatorias. Si bien la tecnología nos conecta cada vez más, no se puede negar que nos ha brindado también nuevas percepciones, nuevas reglas y sentires. Hoy la moda, el mercado y la masa determinan las nuevas maneras de abordar el cuerpo. Basta con dar una mirada a las redes sociales como Instagram, Facebook o YouTube que han dado un nuevo significado y sobre todo una nueva percepción al cuerpo de la mujer, y a lo que hoy podemos decir femenino. Nadie quiere un cuerpo enfermo y débil, todos deseamos un cuerpo sano y fuerte, que nos garantice una calidad de vida sin enfermedad. Sin embargo, conseguir los cuerpos estereotipados de modelos de pasarela, conlleva a problemas de salud, como la bulimia, la anorexia y otros trastornos. Nuestro cuerpo requiere una fuerza proveniente desde varios sentidos: desde lo físico, lo mental y lo espiritual, para poder decir que hay un equilibrio y llevar una vida sana. Pero ¿qué fuerzas actúan como agentes en nuestro actuar?, ¿cuáles son las fuerzas dominantes de nuestro ser?, ¿podemos identificar dichas fuerzas y saber a qué dirección nos llevan?, estas preguntas parecen tener cierta respuesta en el texto de Aristóteles en su manuscrito de la gran moral que dice: Y así siempre que fuera de los seres existe una causa que los obliga a ejecutar lo que contraría su naturaleza o su voluntad, se dice que estos seres hacen por fuerza lo que hacen. De otra manera el hombre desarreglado que no se domina, reclamará y sostendrá que no es responsable de su vicio, porque pretenderá que si comete la falta, es porque se ve forzado a ello por la pasión y el deseo. Esta será pues para nosotros la definición de la violencia y de la coacción: hay violencia siempre que la causa que obliga a los seres a hacer lo que hacen es exterior a ellos; y no hay violencia desde el momento que la causa es interior y que está en los seres mismos que obran. (De Azcárate, 1873, p.28 ). De esta manera, podemos suponer que el cuerpo, es un reflejo de lo que llevamos internamente, desde lo espiritual hasta lo racional que actúan como fuerzas internas que se reflejan en el cuerpo físico y determinan una parte importante de las elecciones que tomamos. Así podemos señalar que los estereotipos dados de manera social irrumpen nuestra forma de actuar con respecto a nuestras decisiones. Los estereotipos entendidos como modelos que nos indican las características de un grupo determinado, se relacionan de manera inmediata con la imagen, ya que generalmente por medio de ella se consolidan, por ejemplo, si escuchamos la palabra mujer mexicana, vendrá a nuestra mente una de las imágenes que nos identifican como diferente de las francesas o de las alemanas; tal vez evocará una “china poblana” o a una mujer del istmo de Tehuantepec. Así los estereotipos se pueden pensar como algo socialmente construido y además aceptado, no quiere decir que cierto. El estereotipo trata de resaltar las características evidentes del grupo a identificar. Por eso es un tema de cuidado, ya que no podemos dar por adecuadas y generales las características de estos. Este trabajo pretende irrumpir el estereotipo de feminidad actual. Tomando como puntos de partida los modelos estereotípicos de la mujer dados después de las dos guerras mundiales y como punto de enlace, tomo como referencia la década de los 70´s donde toma auge el bodybuilding. Disciplina encaminada a llevar al cuerpo a estados de hipertrofia (crecimiento muscular) mucho mayor a los registrados anteriormente, no era una forma nueva de encaminarse a la creación de un cuerpo altamente definido, ya en culturas antiguas se presentaba el culto al cuerpo no como algo aislado sino necesario e imprescindible para un reconocimiento social. El capítulo enfatiza, el estereotipo de la mujer moderna pero sobretodo ahonda en el mundo de las mujeres “Physique Women” como mujeres determinadas a romper con los estereotipos de belleza convencionales. El rápido avance científico, la llegada del sistema capitalista y el nuevo esquema imperialista después de la Segunda Guerra Mundial, detonaron un nuevo orden en el mundo que lo transformó, generando toda una industria que tenía que preparase para una nueva dinámica que vivimos con la llamada Guerra Fría. Esta serie de eventos reinterpretaron los panoramas políticos, económicos y sociales, y además desataron una serie de teorías existencialistas que evaluaban las acciones humanas en las que nos vemos inmersos todos en conjunto ser humano, planeta etc. Así, el orbe quedó dividido en capitalistas y socialistas; a la par surgieron aquellos que veían la urgencia de desarrollar la parte humanista y los que fueron arrasados por una concepción capitalista que seducía de manera inminente la identidad y concepción de los homo sapiens. El estado crítico heredado de estos eventos mundiales, nos avasalló con la idea de estar preparados para los peores escenarios, la necesidad de construir soldados fuertes y la imperante imagen que nos incorporaban los grandes monopolios hacían nuevos estereotipos corporales que servían como defensa de nuestras naciones, pero también incorporaban una nueva y millonaria estrategia de industrialización estética. La belleza se convirtió entonces en un nuevo rubro de explotación masiva, que logró idear nuevas tecnologías, nuevos modelos de cuerpos tanto de hombres como de mujeres. Actualmente nos vemos sometidos, a cánones altísimos de belleza que ya no se conforman con una definición corporal sino van más allá, son cuerpos totalmente hipertrofiados en los cuales hacen participes a mujeres y niños. Cuerpos musculosos aparecen como nuevos modelos a seguir totalmente fuertes y que van mucho más allá de ser logrados con una vida deportiva cotidiana. Esto hace que en la década de los 80´s se formalice la utilización de productos industrializados como proteínas, hormonas, anabólicos etc. que determinó el rumbo que hoy tenemos hacia una vida fitness que nos empuja a una vida de oferta y demanda en productos cada vez más industrializados y de altos costos económicos. Con base en lo anterior es de mi interés abordar el tema de las mujeres llamadas “physique woman”, como un tema pertinente y relevante, para las mujeres y nuestra reflexión, volviéndola una estrategia para hacer evidente y agilizar un discurso claro y definido sobre los estereotipos de belleza femenina actual y su influencia en nuestra sociedad, la investigación busca reconocer las fuerzas internas del ser humano como construcción social y generadoras de huellas llamadas arquetipos; así como evidenciar visualmente, por medio de la imagen, los mencionados estereotipos, usando la fotografía como medio. Por otra parte, mediante el estudio de caso de Nena Sandoval, me propongo constatar las vicisitudes por las que pasa una “strong woman” ante la sociedad que no acepta el rebase de los límites estéticos establecidos. La presente investigación tiene como objetivo general: deconstruir la imagen de Nena Sandoval, una mujer culturista profesional, que rompe con el canon del cuerpo estereotípico de belleza de la mujer contemporánea, con el fin de establecer discontinuidad mediante la imagen fotográfica de dicho estereotipo y generar así, un dialogo reflexivo sobre lo que es ser mujer y su feminidad. Con la finalidad de que el tema sobre lo femenino y los estereotipos sobre la belleza corporal vayan tomando nuevos rumbos de reconciliación entre las comunidades. Objetivos específicos: Ø Hacer una revisión sobre el cuerpo y los estereotipos a través del tiempo. Ø Establecer la hermenéutica como base metodológica cualitativa, que nos permita hacer un investigación multidisciplinaria, entre lo fotográfico, lo sociológico, y lo deportivo. Ø El empleo de la entrevista profunda a Nena, como herramienta, en diferentes espacios, su vida de atleta de alto rendimiento, pero también su vida familiar y social con el fin de lograr un vínculo que generara un dialogo honesto de su vida. Asimismo, una disposición a generar un discurso que nos lleve a reflexionar sobre lo qué es ser una mujer musculada en un mundo donde serlo, es visto como algo no cotidiano y por tanto fuera de lo común. Ø Trabajo en la captura de series fotográficas que van, desde sesiones del entrenamiento de Nena y su vida de atleta, hasta fotos construidas que buscan romper el estereotipo de lo femenino actual, con el de una mujer de cuerpo musculado como el de Nena. Por último, el capítulo 3 tiene como principal encomienda desarrollar el proyecto fotográfico, desde lo creativo, los sustentos teóricos sociológicos, así como fotográficos que enmarcan la importancia de la fotografía como medio para transformar la cultura visual, que si bien es cada vez mayor en número, se ha empobrecido de contenido con la modernidad y sus “hiperrealidades” poco preocupadas por el sentido y lo connotativo. De igual manera, se expone la propuesta de la exposición “La Sintaxis de la Fuerza”, que contiene la obra del proyecto fotográfico del estudio de caso de Nena Sandoval, y que tiene como principal objetivo hacer visibles las diferentes direcciones del ser “mujer fuerte” en una sociedad que no es libre de prejuicios, y que necesita educarse en una nueva cultura visual que aporte imágenes que nos lleven a la reflexión asertiva, más que a los juicios categóricos. En la parte final se incluye un apéndice fotográfico a forma de galería visual con la imagen de la mujer en el tiempo, esto con la intención de observar algunas etapas en el desarrollo de la imagen femenina para poder sembrar una reflexión visual sobre estos temas que si bien son continuamente expuestos, no han logrado reconciliar el tema de la belleza, la feminidad y el ser mujer.
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